domingo, 23 de agosto de 2009

Los amargos sabores del amor

No hace mucho cruce miradas con Martha, en un ambiente donde normalmente seria dificil encontrar a alguien interesante. Su sonrisa me rescato de un triste cumulo de criticos literarios que levantan la nariz mientras vomitan palabras pretenciosas y rien de manera refinada. Entre "su estilo es absurdo y una afronta directa al arte en general" y "su maestria literaria solo es rebasada por su filosa vision de un mundo condenado a la falacia de vivir" encontre una vida tan maravillosa que miles de lineas jamas podrian terminar de definir.

Cuando en mi cabeza viajaba la idea de aventar una botella de whiskey a la multitud y salir corriendo a buscar cobijo en mi estudio, encontre su imagen entre un mar de mugre y la observe como quien esta en presencia de un majestuoso atardecer; despues de estar sumido en ese trance por algunos instantes, ella se desplazo de manera decidida y elegante hacia mi mesa, mi corazon palpitaba rapidamente y el mundo a su alrededor desaparecio completamente, solo estaba ella y su mirada asesina, no habia cabida para nadie mas, ni siquiera para mi. No podia pensar en nada que decir, de repente me converti en testigo de mi propia vida, incapacitado completamente y desnudo de cualquier accion posible. Despues de mi encuentro con la locura temporal, ella por fin llego a su destino, arrojo mi libro de manera violenta, dio la vuelta y salio del lugar sin decir nada mas.

Me tomo un tiempo recobrar consciencia y entender lo que acababa de suceder, a la fecha creo que nunca lo entendi. En el momento desee que ella fuese como los demas y que hubiese pedido entintar mi nombre en el muegano de mis pensamientos empastados, que no me hubiera sumido en esa duda y que no hubiera desarmado esa fantasia al hacer lo que hizo... pero ahora se lo agradezco. Nunca he sido bueno con las mujeres, literal y subjetivamente; me han acusado de ser desde misogino y celoso hasta eunuco y carente de pasion. No se si eso justifica lo que ella me hizo sentir, o explica de alguna manera los sucesos posteriores, pero creo que por lo menos simienta las acciones que siguieron. Cuando aun contaba con un mejor amigo, tuvo a bien aconsejarme diciendo: "para el amor, no existen recetas", y creo que hasta ahora, despues de tantas relaciones fallidas y depresiones sin fondo, puedo entender a lo que se referia.

Minutos despues de "El Suceso" -como ahora le llamo- decidi largarme de la presentacion de mi propio libro, con la esperanza de llegar mi cuarto de hotel, abrazando la estupida idea de que magicamente podria abatir el insomnio que me acosa desde hace semanas. Afortunadamente -aunque no me guste que sea mi responsabilidad el calificarlo- mi plan fue destruido al encontrar a Martha esperando(me) en las escaleras de la galeria; su semblante habia cambiado y tenia puesta una sonrisa enorme y radiante. Estuve a punto de evitar el contacto y continuar corriendo al lado suyo... pero ya era demasiado tarde, su hechizo habia funcionado y su presencia era ahora como una droga a la cual era imposible resistirse. "Y bien?" pregunto ansiosa, "y bien que?" balbucee; "aceptas?" insistio. En el momento tuve la impresion de estar en medio de una conversacion en la que no recuerdo haber entrado. "Que te pasa? por que estas tan serio? No la leiste, verdad?" , yo seguia sin encontrar palabras que vocalizar, me senti un tanto ridiculo, despojado de mi hombria.

Al fin pude hilar algo de lo que acontecia y abri el libro que previamente habia sido arrojado a mi ego. En la cubre-portada me tope con un mensaje en tinta azul, que contenia una sola palabra que en ese momento -y en cualquier otro escenario contemplado por la mas fertil de las imaginaciones- podria haber pasado por ficcion. "Entonces?" siguio insistiendo; "en serio?" pregunte con la increduilidad que me define; "yo no bromearia con algo asi... no es cualquier cosa para mi". "Para mi tampoco es cualquier cosa... es solo que no he dormido y desconfio de mi habilidad para entender un mensaje asi"; "entonces?" continuo, "tu casa o la mia?", no quise perder mas el tiempo con masturbaciones ficticias y la lleve de la mano a la avenida, donde tomamos un taxi a mi hotel.

En cuanto llegamos al cuarto encendi la luz y corri al banio a mojar mi cara, ingenuamente tratando de refrescar de manera fisica el sentido comun que sospeche estaba durmiendo en ese momento; nunca habia hecho algo asi, de hecho dudo que alguien mas haya estado en una situacion tan especifica como aquella. Su belleza y su misticismo nublaron mi mente, aun mas que las noches sin dormir que golpeban mi cabeza como un pulso ritmico hacia la locura. Sali apresuradamente del banio y la encontre desnuda en la cama, mi cama. Rara vez he sido partidario del lujo, decididamente he rechazado a todas las personas que gustan del exceso en sus vidas, pero justo en ese momento me hubiera encantado tener sabanas que hiciesen justicia a la belleza que las encendio esa noche; paredes hechas de oro que osasen intentar reproducir su reflejo... me hubiera desangrado por tener almohadas de las mas finas telas que fuesen dignas de ser mordidas por su exquisita boca.

Cuando todo termino, ella quedo inmovil y apagada a mi lado, sin juzgarme. Aun intento hacer sentido de todo esto, por que yo? por que ese dia? fue algo que escribi? algun mensaje escondido entre lineas que ella y solo ella pudo descifrar? solo ella pudo ver lo que miles de personas pasaron por alto, y entregar cuerpo y alma para satisfacer mis deseos. Esa noche, por primera vez en semanas, tuve suenio... Justo cuando me hubiese encantado estar despierto, contemplando su infinita belleza despues del acto.

Hoy por hoy, recuerdo con melancolia aquella noche cuando me di cuenta de quien soy en verdad, busco aquel libro que arrojaron sobre mi mesa, leo el mensaje y lo escucho retumbar en crescendo dando vueltas en mi cabeza: comeme!, comeme! comeme! Un subito sabor amargo invade mis papilas gustativas y recuerdo que, despues de El Suceso, se perfectamente a lo que sabe el amor verdadero.

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